miércoles, 24 de marzo de 2010

Un trabajo que nunca me pagaron = Una chamarra de ante azul que nunca compré...




En aquellos años 70's la atmósfera todavía estaba cargada de 'psicodelia'. El ambiente para un joven creativo publicitario era prácticamente mágico y te daba un casi místico status ante tus amigos y amigas. Y además, ver, y, sobre todo, que los demás vieran tus trabajos transmitidos por televisión te llenaba de gran emoción y era un multivitamínico alimento para el ego.

Uno de los ejecutivos de la agencia me pidió un trabajo muy especial. Era una cuenta interesante, y me ofreció una buena cantidad de dinero como gratificación especial si el cliente aprobaba la idea y se cerraba el contrato. Aquello me atrajo mucho. Recién había mirado en el aparador de una tienda de ropa de moda una chamarra de ante azul marino. Costaba bastante, pero era única, y para la moda de entonces, estaba muy "in". Me gustaba pensar en lo que podría hacer con el dinero que iba a ganar. Y en esa ocasión, la chamarra de ante azul marino fué una grandiosa motivación para desarrollar mi trabajo.

Entregué las propuestas creativas al ejecutivo de la agencia. El cliente quedó satisfecho. Contrató. La publicidad se transmitió. Y yo feliz. ¡Ya me veía en la 'disco' y en el boliche con mi padrísima chamarra de ante azul marino... causando estragos y despertando envidias!





PERO, pasaron los días... las semanas... Pregunté al ejecutivo por mi dinero. Me dijo que el cliente todavía no había pagado. Le creí. Pasó un mes. ¡Horror! Mi chamarra de ante azul marino desapareció del aparador. Entré a la tienda. Pregunté por ella. Era la única y ya la habían vendido... ¡Grrrrr!

Pregunté en la agencia si el tal cliente ya había pagado, y me dijeron que sí. ¡Hacía casi el mes que había pagado! Hablé con el ejecutivo que me encargó el trabajo. Y me dijo que no me había dado mi dinero porque había tenido unos gastos imprevistos. Que luego me pagaría lo convenido...

Sigo esperando ese pago. Después de treinta y tántos años...

Ya he tenido muchas chamarras bonitas. Pero sigo recordando a aquella chamarra de ante azul marino que me hubiera empoderado y me hubiera proyectado a las estrellas, si fuera posible.

Aprendí una lección: Nunca más dí por seguro un dinero que no tuviera ya en mi mano, o depositado "en firme" en mi cuenta bancaria. Así estuviera un contrato ya firmado por el cliente... y hasta con el cheque firmado, nada dí por seguro hasta que el banco confirmara el depósito en nuestra cuenta.


En este negocio de la Publicidad, fabricamos y vendemos sueños... pero, a veces, también nosotros soñamos tánto que "perdemos piso".

Al paso de los años, el "sueño" de la chamarra de ante azul marino fué transformándose en un coche; en mi agencia propia; en diseñar estrategias publicitarias exitosas; en crecer; en mejores oficinas; en... bueno, tántas cosas.



La Publicidad es un buen negocio. Se manejan presupuestos inimaginables para publicitar en los diferentes medios un producto, servicio o idea. Alguien me dijo hace muchos años que "una agencia de publicidad es 15 % de comisión de los medios y 85 % de BLUFF ("pantalla"...aire...espuma..."rollo-rollo"...etc.)". No coincido con esta opinión. Conozco muchas Agencias de Publicidad que son empresas muy profesionales y respetables.

En los más de 30 años que llevo en este negocio, han cambiado muchas cosas, tanto en el mundo como en los negocios... y en cuestiones de tecnología, ni hablar.

Pero, en el arte de hacer Publicidad, las ideas que venden siguen sin tener un precio definido...

Para mí, una buena idea bien vale una bonita chamarra de ante azul marino... más todos los sueños y vivencias que esa chamarra puede volver realidad.

Aquella chamarra de ante azul marino ha sido tan especialmente mágica en mi vida, que agradezco que nunca me hayan pagado aquellas propuestas, y que alguien más me la 'ganó' y la disfrutó a su manera... Yo, la sigo viendo en el aparador de aquella tienda en el centro de la ciudad, y sigo soñándome con ella puesta y entrando a la 'disco' y 'apantallando' a todas y a todos...

Y, un sueño así, para mí que soy un irremediable "contador de historias" en 10, 20 o 30 segundos (o mucho más tiempo, si me aguantan), no tiene precio...

PUBLICISTAS DEL MUNDO... SOÑAD... SOÑAD... SOÑAD.
Después de todo, hay sueños que se vuelven REALIDAD...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo mejor de todo es encontrar el aprendizaje en cada situacion desagradable, ese es encontrar el lado amable o el lado optimista. Todos tenemos motivaciones, bueno al menos unos cuantos, pero como lei en un libro: la creatividad y la perseverancia son las bases de un hombre potencialmente exitoso. Buena anegdota, yo tambien me identifico pero an me falta mucho por aprender. Atte. Esteban mendez