jueves, 3 de junio de 2010

Mi "entrenamiento para la guerra": A la Avenida de los NO-NO-NO...



LA AVENIDA DE LOS NO-NO-NO...

Un buen día, me llamó mi jefe en la Agencia.

Me enviaron a otra área... ¡VENTAS! ¡Gulp!

Mi primera misión...

El uniforme: ropa formal... con corbata.

El equipo: Un portafolio lleno de papeles, programaciones y tarifas de medios.

La primera encomienda: visitar todos... sí, todos los negocios de Av. Niños Héroes. Desde Av. Tolsá (ahora Munguía) hasta la Av. 16 de Septiembre. ¡A caminar!

Era verano, un día soleado (no tan quemante como en estos días del Siglo XXI). Comencé a la hora en que casi todos abrían sus locales. Alrededor de las 10 de la mañana.

¡Qué nervios!... Y yo allí, disfrazado de "señor"...

Comencé... y experimenté las clásicas respuestas: "-Dice el gerente que no está."..., "- Qué pena, joven. Acaba de salir...", "- Dice que ya se anuncia.", "No, no me interesa.", "No. Nunca hemos necesitado anunciarnos."

Y así, calle a calle, como que me iba haciendo más pequeño...

Cerca de la 1:00 de la tarde llegué a la esquina con Av. Colón. Había un negocio más o menos grande... "El Surtidor del Tapicero"... Entré. Un "No" más ya me daba igual.

¡Sorpresa!

El encargado del negocio sí me recibió en su oficina. ¡Hasta me ofreció un refresco!
(No... No puedo asegurar que era una Coca-Cola, pero en mi recuerdo así la registré.)
Abrí el portafolio. saqué papeles y programaciones de TV. El señor amable me escuchaba atentamente. Me dejó terminar mi "discurso".

Y... NO, no me compró publicidad. Amablemente me dijo que lo pensaría.

PERO, que Dios siempre bendiga a ese señor tan amable con aquel jovenzuelo, y a ese negocio de esa esquina de Av. Niños Héroes y Av. Colón. Hasta el día de hoy, cuando paso en mi auto por esa esquina, mentalmente pronuncio un "Dios los bendiga siempre".

Después de un buen tramo de Avenida de NO-NO-NO... aquella esquina y aquel señor tan amable me dieron ánimo para seguir adelante.

Incluso, puede ser... quizá... tal vez... que si no me hubieran recibido en aquel negocio, yo no hubiera seguido adelante en esta carrera publicitaria.

Aquél fué un día inolvidable...

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