jueves, 3 de junio de 2010

Mi "entrenamiento para la guerra": Si Usted fuera mi hijo...




Choque Generacional

Una de mis anécdotas consentidas fué aquella tarde en que tenía cita con el gerente de "Muebles Hernán".

Recuerdo que las oficinas estaban en un antiguo edificio enfrente de la Catedral de Guadalajara.

Llegué puntual a mi cita. Me condujeron por unas escaleras que bajaban hacia una espaciosa oficina. Por las ventanas pequeñas y alargadas se veían las borrosas siluetas de los pies de las personas que andaban por la banqueta de Avenida Hidalgo.

Detrás de un gran escritorio de madera antigua, en un gran sillón de piel, un señor respetable de clásica y elegante vestimenta, me indicó con amabilidad que tomara asiento. Era un señor ya mayor. Hoy diríamos que de la "tercera edad" para arriba.

Yo, a mis veinte años. Con mi saco sport y corbata, y , por supuesto, mi portafolios.

Sostuvimos una plática amable. Contesté a sus preguntas. Le dejé algunos folletos y tarifas de TV.

Siempre me ha gustado escuchar a las personas mayores de edad. Me encantan sus historias, y siempre les aprendo algo. Esa vez no fué la excepción.

Comencé a despedirme, y entonces me dijo con su amable voz:
"- Joven, ¿Me permite darle un consejo?"
"- Sí, por supuesto..."
"- Si Usted fuera mi hijo, no le dejaría traer el cabello como Usted lo trae. Le aconsejo que lo use más corto. Se verá más presentable."
Fué tan amable su tono, que no me sentí agraviado.
Le agradecí el consejo, y ascendí por aquellas anchas escaleras...

Vaya, volví al tiempo presente. La gente caminaba por las banquetas. Los coches circulaban por las calles. Bueno, aprendí que un saco y una corbata no bastaban para algunas personas. Además, yo era muy joven, y estaba conciente de que a muchas personas mayores no les gustaba el cabello largo.

Siempre recuerdo con cariño esas escenas de mi vida. Lo curioso es que tal vez ahora mismo uso el cabello más largo que entonces.

¿No habré ya hecho algo parecido con algún joven a propósito de los consejos sobre su presentación personal? Bueno, si acaso sucede, espero toparme con un joven tan paciente como yo lo fuí con aquel caballero.

Ah... Sí me recorté un poco el cabello, y me peiné más formal para visitar a los clientes. ¡ Fué un BUEN CONSEJO !

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